El Bolero de Roberto Cantoral debería sonar en Palacio Nacional. Los ritmos y latidos deben escucharse con gran potencia y deben escucharse muy fuerte. El tiempo se acaba y todo parece oscuro. México ha estado enfrentando momentos difíciles en los últimos días y desde el centro de operaciones de 4T parece que están locos. Parece que quiso detener el tiempo en su mano y hacer eterna esta posibilidad, pero las manos se movieron, pasó el tiempo y terminó su sexenio. Tenemos la costumbre de mirar a las excusas y al pasado y culpar a alguien por lo que está pasando hoy.
El tiempo es un concepto extraño que ni el mismo Aristóteles ni San Agustín pudieron definir, pero de lo que estamos convencidos es que el tiempo no es infinito, sino un recurso que se agota y nunca se regenera. El Presidente de la República declara que ve manos negras en la violencia que se ha dado en Baja California, Chihuahua, Jalisco y Guanajuato. En caso de un delito grave en 4 de los 32 estados de México, incluidos asesinatos, incendios corporativos, juicios entre grupos del crimen organizado y enfrentamientos entre la policía y los delincuentes, un hombre negro es muy poderoso. La gravedad de los hechos es evidente para propios y extraños más allá del titular del Ejecutivo Federal.
Ha recibido importantes reconocimientos por su excelente producción musical, algunos de los cuales han sido recibidos por presidentes de varios países.
Su nombre es «Sr. Amigo de Texas por el Gobernador del Estado» y «Ciudadano Libre».
Hasta agosto de 2010, fue el único funcionario no gubernamental en hablar en una conferencia de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), hablando en defensa de la propiedad intelectual en 1993. fue elogiado por Propiedad de la Asociación Mexicana de Escritores y Compositores, que dio su nombre al Centro Cultural SACM al sur de la Ciudad de México en reconocimiento a su talento y en defensa de su propiedad intelectual.
Roberto Cantoral García nació el 7 de junio de 1935 en Tampico, Tamaulipas. Sus habilidades para escribir canciones fueron visibles desde muy joven. En 1950 formó el dúo Hermanos Cantoral con su hermano Antonio, y unos años después formó el trío Los Torres Caballeros, escribiendo juntos páginas de la música romántica mexicana. También realizaron importantes giras en varios países como Estados Unidos, Japón y Argentina.